Todas las voces y músicas de la Patria Grande

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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Escuela pública y autogestión

Los Guardianes del Planeta Así se llama el proyecto ecológico de una escuela de General Villegas, que tiene huerta propia y kiosco saludable.Con lo que recaudan compran instrumentos.

Esteban Schoj

Escuela Nº45 - Está en el barrio San Antonio y desarrolla varias iniciativas de autogestión. En la huerta los asesora el INTA y el kiosco vende frutas y cereales a muy bajo precio.
Son unos 25 pibes, de entre nula Escuela Primaria Nº45, de la ciudad bonaerense de General Villegas. "Esto es para generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente", lo resume María Florencia Sánchez, la directora del establecimiento, que cuenta con unos 280 alumnos, "una matrícula en crecimiento" y una inusual variedad de iniciativas desarrolladas  en el marco de un programa de profundización de las tareas pedagógicas sobre agroecología.
eve y once años, con una tarea que suena a demasiado pero no les pesa ni un poco: son los Guardianes del Planeta. Así se llama el proyecto que el año pasado encaró
Siempre a contraturno, los chicos de cuarto, quinto y sexto grado hacen, entre otras cosas, trabajos en la huerta de la escuela, en el invernadero, o recolectan botellas, tapitas, sachets de leche, sobres de jugo y pilas. Otra de las actividades consiste en la organización de un kiosco saludable, que funciona hace tres meses y en el que se expende comida sana: barras de cereal, turrones, cereal suelto, algún bizcochuelo, tutuca, tortas, pochoclos, bananas, manzanas y mandarinas. "Queremos mejorar la calidad de alimentación de nuestros alumnos, porque los chicos no siempre tienen el hábito de incorporar buenos alimentos", explica la docente.
Además, cuenta Sánchez, "los productos del kiosco se venden a muy bajo precio, porque se buscan objetivos materiales muy concretos. La ganancia en un principio era para comprar arbustos para nuestros canteros, pero ya están colocados. Ahora, los chicos van a adquirir el sustrato para los plantines y utensilios para la cocina, como tazas para la leche. El año pasado ya se habían propuesto comprar algunos elementos de plástica, y éste tienen pensado comprar equipos chiquitos de música, para las aulas, y adquirir instrumentos musicales para sus compañeros".
A 465 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, la experiencia de autogestión de esta escuela del barrio San Antonio, en Villegas, no para de crecer y diversificarse. Otra iniciativa fue la de armar plantines de aromáticas que después los propios chicos venden. Y hay un grupo de "padres huerteros", como se llaman, que ayuda en los trabajos más pesados. "Trabajamos con el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) como promotores de la huerta agroecológica: asistimos con los Guardianes a charlas, exponemos nuestro trabajo, somos sede para la adquisición de semillas de temporada para huertas familiares y, como cierre, tenemos pensado exponer en nuestra escuela el trabajo de las huertas de las familias de la 45", desarrolla Sánchez.
La música es otra de las patas de esta experiencia. En Villegas hay dos luthiers y los profesores usan muchos de sus instrumentos. "Así surgió un taller de música, del que participan los luthiers, para los chicos de segundo y tercer grado, en los que hacen instrumentos", cuenta la directora, y agrega: "Todo esto nos pone muy contentos porque el trabajo está teniendo sus resultados positivos. Empezamos con pequeñas cosas. Las familias están muy satisfechas. Cuidamos el medio ambiente, los chicos tienen una mejor alimentación y los mejores resultados se van a ver más a largo plazo, pero con lo que hemos conseguido, tan positivo, vamos bien". Sánchez dice que la sorprende, sobre todo, la actitud de los chicos en el kiosco saludable: "Aunque algún chico diga tímidamente que no le gustan esas cosas, entre ellos mismos se contagian las ganas de comerse una manzana, un cereal o una tableta de arroz".
Además de estas iniciativas, en la escuela hay otros "grandes proyectos", según narra Sánchez. Y los explica: "Pretendemos instaurar un sistema de convivencia escolar que posibilite acompañar el crecimiento de los niños, que comiencen a transitar por el camino de la democracia, promuevan su desarrollo como sujetos de derecho y responsabilidad, es decir, formarlos como ciudadanos. El proyecto se llama ‘Construir la Paz’. Es un compromiso de todos e intenta promover la palabra y la capacidad dialógica para poder resolver situaciones de conflicto y generar nuevas ideas, a través de la creación de un consejo de aula organizado por los mismos alumnos, bajo la mirada de las docentes de Ciencias Sociales y Prácticas del Lenguaje. Participan, además, padres, vecinos y profesionales". Ejemplo de una escuela que busca incesantemente nuevas formas de aprendizaje colectivo, en Villegas esperan concretar, el año que viene, el proyecto de una radio escolar. "La escuela está haciendo un trabajo de hormiga –continúa Florencia Sánchez–, y estamos seguros de que va a dar sus frutos. Lo importante es tener continuidad: los niños aprenden a separar la basura, a reciclar, a cuidar, a respetar el medio ambiente, respetar al otro y respetarse uno mismo, y esto día a día intentamos enseñarlo en la escuela para poder formarlos como ciudadanos". «









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