Considerado uno de los héroes de
la independencia latinoamericana, artífice de la Batalla de Ayacucho, Antonio
José de Sucre, nació el 3 febrero 1795 en Cumaná, estado Sucre.
Tras su paso por la Escuela de
Ingenieros de Caracas, en 1812 fue ascendido a teniente bajo el mando de
Francisco de Miranda, sirviendo con distinción en las campañas contra los
realistas.
Luego de un corto exilio en las
Antillas, tras participar en la organización del Ejército de Oriente, Sucre
combatió en 1815 en Guayana y El Orinoco como parte de la causa de la
Independencia.
El joven Sucre llegó a
convertirse en uno de los mejores y más cercanos lugartenientes de Bolívar,
quien lo nombró Coronel en 1817, posteriormente en 1819 fue designado General
de Brigada por Francisco Zea, presidente del congreso venezolano, y ratificado
un año después en su cargo por El Libertador.
Fue redactor del Tratado de
Armisticio y Regularización de la Guerra en 1820, como parte del Armisticio
firmado entre Bolívar y Morillo, documento que puso fin a la crueldad de la
Guerra a Muerte, por lo que fue considerado pionero de los derechos humanos.
Sucre fue nombrado Jefe del
Ejército del Sur de Colombia en 1821, cargo con el que logró la independencia
de las provincias de Ecuador en las batallas de Río Bamba y Pichincha. En 1824
alcanza el triunfo en las batallas de Junín y Ayacucho, victoria que lo hizo
merecedor del título de Gran Mariscal de Ayacucho. Un año después, en 1825,
participó en la ocupación del territorio del Alto Perú, que adoptó el nombre de
Bolivia.
Se convirtió en el primer
presidente vitalicio de Bolivia, por dos años, y desde allí promovió políticas
para la liberación de los esclavos y el reparto de las tierras.
El 4 de junio de 1830, en la
sierra de Berruecos, en Colombia, fue asesinado el Gran Mariscal de Ayacucho,
tras ser emboscado mientras se dirigía a Quito a reunirse con su familia.
Fuente:RNV
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