Vil asesinato de monseñor Óscar
Arnulfo Romero en El Salvador
Un día como hoy, el 24 de marzo
de 1980, es asesinado el arzobispo Óscar Arnulfo Romero en El Salvador por
esbirros al servicio del Gobierno pro estadounidense de dicho país.
Monseñor Óscar Arnulfo Romero se
destacó como defensor de los derechos humanos en una etapa en la cual Estados
Unidos equipaba y adiestraba a las tropas para reprimir las luchas de los
campesinos y del pueblo. Óscar A. Romero fue asesinado mientras oficiaba una
misa en la Capilla Hospital de la Divina Providencia, donde vivía el arzobispo
El pueblo salvadoreño recuerda el
fallecimiento de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, a 35
años de ser asesinado por el criminal Roberto D’Aubuisson de ARENA y por los
denominados Escuadrones de la Muerte, grupo perteneciente a Alianza Republicana
Nacionalista (ARENA).Después de 35 años del asesinato, su palabra y mensajes
siguen vigentes, “Y si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño”, fue una
de las frases de Monseñor Romero, un hombre que a pesar de las amenazas y
peligros de la dictadura militar, acompañó al pueblo de El Salvador.
Monseñor Romero fue asesinado por
un francotirador durante el oficio de una misa en la capilla de La Divina
Providencia, en la colonia Miramonte, al norte de la capital.
Monseñor Romero, fue un sacerdote
católico salvadoreño, cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador
(1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos
humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.
Como arzobispo, denunció en sus
homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó
públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su
país. Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a
los derechos humanos en El Salvador. Dentro de la Iglesia Católica se le
consideró un obispo que defendía la “opción preferencial por los pobres”. En
una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: “La misión de la Iglesia es
identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación.” (11 de
noviembre de 1977)
En 1994, una causa para su
canonización fue abierta por su sucesor Arturo Rivera y Damas; Monseñor Romero
recibió el título de Siervo de Dios. El proceso de canonización continúa.
En Latinoamérica muchos se
refieren a él como San Romero de América. Fuera de la Iglesia Católica, Romero
es Monseñor romerohonrado por otras denominaciones religiosas de la
cristiandad, incluyendo a la Comunión Anglicana.
Él es uno de los diez mártires
del siglo XX representados en las estatuas de la Abadía de Westminster, en
Londres.
El crimen conmocionó a toda la
sociedad, nacional e internacional. Posteriormente se inicio el conflicto
armado en El Salvador, que permaneció por más de 12 años, y causó la muerte de
más de 75 mil personas.
Su asesinato ha sido para muchos
salvadoreños la muestra de intolerancia de la derecha, que cometió este
asesinato a sangre fría.
Monseñor Romero, además de
representar a la más alta jerarquía de la Iglesia Católica salvadoreña,
figuraba como una esperanza para el pueblo salvadoreño, pues se había encargado
de denunciar las atrocidades que los militares y el Gobierno cometían contra la
población civil, antes de originarse la guerra civil (1980 y 1992).
Su asesinato no bastó para
detener la lucha popular. Días después de su crimen, durante el funeral,
cientos de personas murieron en un acto de represión militar, que masacró a la
multitud concentrada en la catedral, para rendir el último homenaje al pastor,
en su mayoría mujeres.
El padre Abel Castaneda, de San
Julián, Sonsonate, considera que su mensaje está vigente, “más en estos tiempos
donde la esperanza en el pueblo se ha materializado”.
“Lo del domingo (15 de marzo) fue
un hecho histórico, creo que esa ha sido una buena noticia, una de las cosas
que Monseñor tanto buscó, como es el bien común para todo el pueblo. El pueblo
de Dios ha tomado esta decisión bonita”, enfatizó el padre Castañeda, en clara
referencia al triunfo en las elecciones presidenciales, del progresista
Mauricio Funes, perteneciente al partido Frente Farbundo Martí de Liberación
Nacional (FMLN).
Para el sacerdote, los resultados
de las elecciones presidenciales del pasado fin de semana, que favorecieron a
la izquierda, toman una connotación “muy especial” y “es un tiempo de mucha
esperanza, donde creemos que la luz de Monseñor Romero ha estado presente. Todo
esto, 29 años después, es una buena noticia”.
Circulo Bolivariano
Fabricio Ojeda
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