Todas las voces y músicas de la Patria Grande

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viernes, 9 de junio de 2017

En un acto escolar, un cura ató a un nene de 9 años a una cruz durante 3 horas

Sucedió en Humahuaca, Jujuy. Durante una 'Marcha por la paz y la Justicia' y ante miles de estudiantes, 'crucificaron' al niño, a un adolescente y otras tres personas. Al chico lo tuvieron que bajar porque se puso a llorar.

viernes, 09 de junio de 2017En un acto escolar, un cura ató a un nene de 9 años a una cruz durante 3 horas
En medio de la Plaza Sargento Gómez, de Humahuaca, Jujuy, se podían ver los cuerpos de cinco personas crucificadas –atadas con sogas a cruces-: tres adultos, un adolescente y un nene de 9 años. Estuvieron así durante, al menos, tres horas. Pero el más chiquito de todos, Gastón, se puso a llorar y entonces lo tuvieron que bajar.
"Ahí tenemos a un chiquito crucificado, que dice que él quiere, porque hay muchos niños que están muriendo por las guerras, el terrorismo y el hambre en el mundo”, dijo el cura Jesús Olmedo, organizador de la "Marcha por la Paz y la Justicia”, que se realizó este miércoles. "Me están diciendo que el niño está derramando lágrimas de dolor y me preguntan si ya lo pueden bajar”, agregó luego, según contó a Página 12 una madre que estuvo allí.

La convocatoria impulsada por el cura fue apoyada por las escuelas de Humahuaca y por el ministerio de Educación de Jujuy. Las clases se suspendieron ese día para que todos los chicos pudieran ir a la marcha.

En diálogo con ese diario, Olmedo dijo que "la madre del niño lo había autorizado”, y que el chico "lloraba porque hacía un poco de frío. Pero también lloran los hombres”.
 
"Olmedo está hace varios meses recorriendo escuelas de Humahuaca para dar charlas sobre la paz, sobre las atrocidades que se estaban cometiendo en las guerras”, contó una docente de uno de los colegios invitados. Según explicó, en su escuela los chicos se habían mostrado entusiasmados, por lo que cuando surgió la convocatoria para la marcha no dudaron en participar: hasta ensayaron una canción de León Gieco para cantar en el cierre del acto. El problema fue que al llegar a la plaza con sus alumnos se encontró con la imagen de las cinco cruces clavadas en el pasto. "No sabía a dónde llevar a mis alumnos. Me quedé porque no podía creer lo que estaba pasando, y saqué fotos para que se difunda”, relató.

Uno de los momentos que más le sorprendió fue cuando el cura interrumpió su discurso para decir que el chico estaba llorando. Cuando el chico ya estaba en el suelo, Olmedo lo llamó al micrófono. La docente grabó un audio de ese momento, en el que se escucha cómo el cura grita eufórico: "Él ha estado crucificado pensando en los niños que están muriendo en la guerra. ¡Un aplauso muy fuerte para Gastón por haber estado 3 horas crucificado!”. "¿Quieres decir algo?”, le preguntó al chico. Como no respondió, el cura dijo: "No quiere decir nada. ¡El silencio es más fuerte que el grito!”.


La modalidad del acto, explicó después Olmedo, intentó replicar la crudeza de la guerra: "Está muriendo un montón de gente, un montón de niños por los misiles y por las armas químicas. Nosotros hicimos el acto para representar esa masacre”, añadió, y subrayó que la convocatoria se centró en los alumnos de las escuelas primarias porque "los niños son los principales protagonistas de estas muertes”. Sobre la crucifixión de Gastón, Olmedo aseguró que "el chico quiso ser crucificado y su madre lo había autorizado a hacerlo. Lloraba porque hacía un poco de frío. Pero los hombres también lloran. El acto fue hermoso, todos quedaron encantados”.

Según detalló Página 12, la escuela Primaria Nro 408, como muchas otras de Humahuaca, mandó a la familia de los alumnos una autorización que invitaba "a participar de la Marcha por La Paz el día miércoles 7 de junio entre las 9 y las 12.15 horas”. En ningún lugar aclaraba que, durante esas tres horas, un adolescente y un chico de nueve años iban a ser crucificados en la plaza principal del pueblo.


"Hay mucha persecución hacia la gente que critica estas cosas. Muchos dicen que son prácticas autóctonas y que los que no son de acá no entienden. Yo creo que estos actos no hacen más que reproducir la opresión que la Iglesia Católica siempre aplicó sobre los pueblos originarios”, opinó la docente.

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