Todas las voces y músicas de la Patria Grande

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sábado, 6 de enero de 2018

Fiesta de San Baltazar en el Barrio Camba Cua

La historia de San Baltasar y el Niño Jesús
Una maravillosa tradición que se mantiene con el correr de los años gracias a los vecinos de una comunidad correntina.
La fiesta del rey Baltasar nace en el barrio Cambá Cuá, (primera definición en guaraní que se indica como “cueva de negros”).
En la zona del Litoral, específicamente en la ciudad de Juan Torres de Vera y Aragón de las siete corrientes, los “negros” se ubicaron en terrenos linderos al río Paraná, zona de excavado de rocas y deltas ubicado al Nordeste de la ciudad. Transcurrido el tiempo comienzan a organizarse, diseñando calles, distribuyendo terrenos para la construcción de sus viviendas, qu, en parte son edificadas de adobe y techo de tejas.
El pionero de esta historia fue el mulato Don Justo Cosio, quien se instaló en el año 1850 aproximadamente en la calle Pujol e Yrigoyen (hoy Provincia del Chaco e Yrigoyen) y es él quien da origen a esta celebridad del rey Baltasar y del Niño Jesús con sus imágenes de 40 centímetros talladas en madera de roble, de una sola pieza, traídas de Europa a través de la República del Paraguay.
Esta fiesta iniciaba (como hasta la actualidad) el 5 de enero. Se instalaba un altar donde se veneran y adoran las imágenes. A  partir de las 19 los “cambá”,  a través de los tamboriles realizan la llamada y así se empezaban a juntar en rededor de las imágenes.
La procesión con las imágenes se realizaba por las calles del barrio al inicio del anochecer, acompañadas con la iluminación de las antorchas de vela de cebo vacuno realizadas para esta ocasión, concluida esta manifestación se iniciaba el tradicional baile, donde el “candombe” era ofrecido al rey Baltasar.
Una de las atracciones de esta fiesta era Doña Mercedes Vedoya (en esa época adolescente)  quien danzaba frente al altar de las imágenes y era ella la que daba el inicio del baile. Luego, la madre de doña Mercedes Vedoya adquirió otra imagen del rey Baltasar de 15 centímetros de altura apoyado en un andamio sostenido por cuatro negritos aproximadamente de 6 centímetros de altura, talla de madera de una sola pieza y una del Niño Jesús de similar medida.
Esta fiesta se realiza el 5 y 6 de enero, coincidentemente con la celebración de la Epifanía del señor, es decir, la adoración de los magos al Niño Jesús. Como los cambá fueron convertidos al catolicismo adoptan al rey Baltasar como referente y patrono de su comunidad.
Esta tradición es narrada de boca en boca y de generación en generación porque  no existe nada escrito.
La casa de don Justo estaba ubicada a unos 50 centímetros de distancia de la casa de doña Mercedes. Estas fueron construidas de adobe de baja estatura con techos de teja con una sola puerta y dos ventanas, al frente rodeadas de grandes patios, cubiertos de frondosos árboles y enredaderas iluminadas con antorchas y candiles, en el lugar donde se realizaba el baile.
Esto se convirtió en un fenómeno religioso y sociocultural conocido en toda la ciudad y en provincias aledañas que congrega cada año a más personas.
Las imágenes de doña Mercedes Vedoya, después de la procesión, eran llevadas a la iglesia Nuestra Señora de la Merced donde permanecían hasta el día siguiente y retiradas después de la solemne misa oficiada el 6 de enero.
El saludo al Niño Jesús
Concluida la celebración religiosa, las imágenes se trasladaban en procesión por la calle Buenos Aires y luego Hipólito Yrigoyen hasta llegar a la altura 200. A medida que avanzaba  la procesión (y hasta el día de hoy) se incorporaban los vecinos como invitados por las imágenes que pasaban al frente de sus casas. Al llegar a destino, las imágenes con sus abanderados se separaban y se ubicaban enfrentados, en una distancia considerada de 10 metros, el abanderado de la imagen del rey Baltasar portaba una bandera roja y el del Niño Jesús una blanca.
Ubicadas las imágenes en sus espacios, comenzaba el tradicional saludo, la adoración al niño Jesús por los reyes. Acto relatado en la Biblia por San Lucas.
Se iniciaba el saludo avanzando con pasos lentos, el abanderado del rey Baltasar se detenía y se inclinaba colocándose de rodillas y bamboleaba la bandera tres veces de derecha a izquierda. Similar acción la realizaba el abanderado del niño frente a la imagen de Jesús. Ambos, luego cruzaban las banderas en agradecimiento al Niño Jesús que es a quien adoran.
Concluida esta ceremonia, las imágenes pasaban por debajo de las banderas cruzadas que luego eran colocadas en su altar -este se convierte en el mejor momento, que se vive con gran emoción por toda la comunidad del barrio y es acompañada por los acordes musicales de la Banda de Música de la Policia-.
No debemos permitir que nadie mal utilice esta histórica tradición y menosprecie el valor cultural utilizando falsos comportamientos que desvirtúan el sentir de la celebración.
Las imágenes del mulato Cosio y de doña Mercedes Vedoya son las autenticas y gestaron esta historia  en el barrio; relato que se refleja  en el tema de don Sosa Cordero quien escribió y puso música en el año 1926 a “Cambá Cuá”.

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